Arzobispado de Santo Domingo realiza almuerzo benéfico

Con el propósito de cubrir económicamente obras de asistencia social y de interés misionero, el Arzobispado de Santo Domingo realizó este martes un almuerzo empresarial para recaudar fondos.

La recaudación también se realiza para costear los trabajos y las actividades de la Arquidiócesis, además de ordenaciones sacerdotales y estudios avanzados de sacerdotes, entre otros aspectos.

En el Marco de este Almuerzo se nos ha pedido que hablemos sobre los “aportes que la iglesia católica ha realizado y realiza a la sociedad dominicana”.

La misión de la iglesia es evangelizar. Para esto la fundó el Señor, para esto está en el mundo. N. S. Jesucristo la fundó en el cimiento de los apóstoles (celebramos a dos de ellos: Simón y Judas), estando con ellos, los instruyó, los preparó con la misión a la que le enviaría más adelante.  y les dio la encomienda de evangelizar. De manera que, entrenados en estas tareas pastorales, en su ausencia, pudieran continuar su misión, la que les encomendó poco antes de subir al cielo: “Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos enseñándoles a guardar todo lo que yo les he enseñado, bauticen en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Esta misión es también la nuestra en función de nuestro bautismo. Junto a esta tarea evangelizadora, está también la preocupación por la situación del evangelizado, en procura de que tenga calidad de vida, equilibrio emocional y pueda acoger y responder con entera libertad a la propuesta del evangelio.

Hablar sobre los aportes de la Iglesia a nuestra sociedad dominicana, es un tema, muy amplio y muy apasionante porque no solamente abarca lo estrictamente evangelizador, sino también, lo que han sido las obras sociales y concretamente la formación integral de hombres y mujeres en valores: humanos, cristianos, cívicos y morales. En esta formación se encuentra, a mi humilde entender, el mayor aporte que la iglesia haya podido realizar en sociedad alguna, y de manera concreta, en nuestra República Dominicana.  Durante el período 1822-1844, solo funcionó como alta casa de estudios el seminario pontificio, pues la Universidad de santo Domingo estuvo cerrada. En el siglo pasado, no fueron pocos los que bebieron de las fuentes del saber en sus aulas,

Por lo tanto, voy a referirme de manera suscinta, a lo que, en los últimos años, la Iglesia que peregrina en esta arquidiócesis ha estado aportando a nuestra sociedad dominicana. Es conocido de todos ustedes, las mediaciones que la Iglesia ha ido realizando en procura de que en nuestra sociedad se institucionalicen aquellas estructuras que dieran estabilidad institucional, paz y bienestar a nuestra ciudadanía (los foros de diálogos, los desvelos deshaciendo tensiones, el constante llamado a la cordura…).

Pudiéramos nosotros mirar los aportes en el ámbito educativo, en la salud y en el desarrollo integral humano del ser humano. En nuestra arquidiócesis, el trabajo es amplio, profundo, grande, abarcador, y como les decía, no sería fácil resumirlo en breves líneas ni en unos breves  minutos.

Considero que el mayor aporte de la iglesia a la sociedad dominicana y al País, dentro de su labor evangelizadora, está en la formación de hombres y mujeres íntegros con conciencia de su vocación de cristianos, de su responsabilidad social, de su responsabilidad de evangelizadores.

En otras palabras, mostrar su amor a Dios y al prójimo. Sin embargo, quiero referirme a los últimos años desde la llegada de su excelencia Monseñor, Francisco Ozoria Acosta.

Para facilitar estas dos vertientes de la evangelización: por un lado, el anuncio del Evangelio, y por otro, la Promoción humana, a su llegada a esta Arquidiócesis de Santo Domingo, Primada de América, su Excelencia Reverendísima, Monseñor, Francisco Ozoria Acosta, creó las Vicarías Episcopales Territoriales (¡una novedad en toda la Iglesia Dominicana!) de manera que en ellas y a través de las mismas, se realizarán estas labores pastorales en consonancia con el caminar de la Iglesia Universal y de la iglesia, que peregrina en nuestra República Dominicana, muy específicamente en la arquidiócesis. Aún más, estas Vicarías en el devenir del tiempo, organizadas y desarrolladas, se constituirían en futuras diócesis, cuyo primer fruto de esa visión a futuro la tenemos en la recién creada diócesis, Stella Maris (lo mismo, esperamos que acontezca con las demás vicarias). Con la creación de las vicarías episcopales territoriales, vinieron a fortalecerse en sus respectivas áreas, las diversas estructuras pastorales, tanto las arquidiocesanas como las vicariales, las zonales, las parroquiales y las sectoriales, que dan apoyo y soporte a las acciones pastorales. De esta manera, se da un acompañamiento cercano a los agentes de Pastoral, se implementan nuevas estrategias de evangelización, así como la captación de nuevos recursos, no sólo económicos, sino humanos .

Se implementa también la comunicación activa, creándose, la oficina de comunicación y prensa de la arquidiócesis multimedios vida, todo este movimiento genera a su vez, un alto nivel de conciencia y de compromiso evangelizador del cristiano en la promoción humana y la justicia social .

Podemos distinguir cinco niveles de la acción Pastoral:

Primero las acciones se dirigen a todo el pueblo. En cuanto conjunto a esto llamamos pastoral comunitaria;

segundo, las que se dirigen a un grupo específico o pastoral específica;

tercero, las que tienen como objeto los servicios que la iglesia debe ofrecer o servicios, pastorales;

cuarto, aquellas que se dirigen a los agentes de Pastoral, llamamos pastoral ministerial y,

por último, las que se refieren al funcionamiento de las estructuras pastorales.

Todo esto hace que en nuestra Arquidiócesis haya una visión pastoral, donde todos los agentes realizan su servicio al pueblo santo de Dios, no sólo con fervor, sino, con las competencias necesarias para evangelizar, lográndose un compromiso y un conocimiento formidables en el ámbito bíblico, doctrinal Pastoral para el servicio al pueblo de Dios. Como podemos deducir, todas estas estructuras y acciones pastorales contribuyen a que nuestra iglesia cumpla con su misión: la evangelización y la promoción del pueblo santo de Dios. Transformar la persona, para transformar la sociedad.

¿Cómo se concretiza todo esto en nuestra Arquidiócesis?

La Arquidiócesis de Santo Domingo presta sus servicios pastorales a una población aproximada de 4.5 millones, distribuida en el Distrito Nacional y en las provincias civiles de Santo Domingo y el Distrito Nacional. De este conglomerado, cerca del 75 u 80% se profesa aun católico, aunque, en la práctica (los que visitan nuestros templos), el número difiere considerablemente.

Para la atención espiritual, pastoral y de asistencia social a esta gran porción del pueblo de Dios en la República Dominicana, la Arquidiócesis Primada cuenta con unas 220 parroquias donde ejercen su ministerio unos 410 sacerdotes del clero diocesano y del religioso.

Ejercen, asimismo, un servicio pastoral en áreas diversificadas más de 1000 religiosos y religiosas.

Para proveer la debida atención pastoral de cara al presente y al futuro inmediato, la Arquidiócesis tiene unos 90 seminaristas que se forman en distintos niveles en los seminarios que tiene y en el Seminario Propedéutico de la Arquidiócesis de Santiago.

Además de su concentración en su campo propio de la evangelización, la Iglesia arquidiocesana ofrece atención en el área de la educación (ofrezco datos aproximados): en unos 43 jardines de infancia, 140 escuelas primarias, 142 centros de enseñanza media o técnica, 3 institutos superiores, 1 universidad, con una matrícula anual media de 150,000 alumnos.

La Iglesia tiene una incidencia considerable también en el ámbito de la salud, con una presencia activa en varios hospitales (4), 110 dispensarios médicos, farmacias, 8 ancianatos, 9 orfanatos, 17 guarderías, 12 centros de atención a las familias, 18 casas de acogida para víctimas de la violencia, de las drogas, etc., con un radio de alcance de unos 35,000 beneficiarios anualmente.

Las obras la caridad que realiza la Arquidiócesis de Santo Domingo (aunque no podemos proclamar, ni decir lo hacemos con la derecha, que no lo sepa tu izquierda), cuenta con otros valiosos centros que encaminan un servicio social de primera línea como son: Cáritas Arquidiocesana de Santo Domingo, Banco de Alimentos y Proyecto Hombres, también en Santo Domingo y el Centro Zonal de Pastoral Social en Monte Plata.

Como pueden observar, en toda esta breve reseña, no quedan reflejadas en su plenitud todo el accionar y el aporte de nuestra Iglesia a la sociedad dominicana. Obras realizadas con verdadero amor paciente, desinteresado y lleno de abnegación, eso no se puede describir en una breve síntesis, solo tratar de hacer un aproximado. De igual manera, otras iniciativas como las que tienen que ver con la formación en las escuelas laborales, la asistencia directa a personas en sus distintas necesidades que implican un acompañamiento constante, la mediación en situaciones de conflicto; asumiendo una labor subsidiaria, todo esto constituye un aporte sólido al clima de paz social y crecimiento económico, del país.

Es pues tarea de todos, como cristianos, aunar nuestros mejores esfuerzos junto a hombres y mujeres de buena voluntad, para que nuestra Patria siga creciendo en libertad, paz y bienestar.

Gracias por su amable paciencia, en escucharnos. Dios les bendiga!

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