El Consejo Arquidiocesano de Pastoral es el organismo de participación del pueblo de Dios en la elaboración de las propuestas pastorales globales o parciales.
El Consejo Arquidiocesano de Pastoral expresa corresponsabilidad pastoral en la misión salvífica de la Iglesia; dinamiza las tareas evangelizadoras; es signo de comunión y participación eclesial; motiva las decisiones de la Iglesia mediante el diálogo sincero y el discernimiento pastoral; es punto de encuentro de quienes viven su fe en las más diversas situaciones ambientales.
Es un espacio cualificado para la participación de los laicos en la misión de la Iglesia.
El carácter consultivo de este consejo abre espacios al diálogo sincero y comunitario, se manifiestan opiniones, se dan informaciones, se exponen las necesidades, se sugieren normas y se formulan peticiones.
Analiza la situación de la Arquidiócesis en su realidad global y en sus aspectos particulares.
Elabora las propuestas del plan diocesano de pastoral y las relaciona con aspectos o asuntos particulares de la Arquidiócesis.
Hace estudios sobre temas particularmente importantes para la vida y misión de la Iglesia ofreciendo las conclusiones pertinentes al Arzobispo y a los Departamentos y Comisiones Pastorales correspondientes.
Presidido por el Arzobispo, coordinado por el Vicario de Pastoral está integrado por el Equipo Arquidiocesano de Animación Pastoral (EAAP), los responsables de los diversos departamentos y comisiones pastorales, el Ecónomo de la Arquidiócesis, los representantes de los Consejos Zonales, los Equipos Zonales de Animación Pastoral, los representantes del Consejo de Laicos, de las filiales arquidiocesanas de la Conferencia Nacional de Religiosos (as) y de los Institutos Seculares y otras personas nombradas por el Arzobispo.
El Consejo Arquidiocesano de Pastoral asegura la participación proporcional de presbíteros, miembros de institutos de vida consagrada y laicos que están plenamente comprometidos en el Plan Arquidiocesano de Pastoral y que verdaderamente representan a todo el Pueblo de Dios de modo equilibrado y operativo.
Para la elección de sus miembros las diferentes Zonas Pastorales presentan una terna al Arzobispo, quien los seleccionará.
El Arzobispo al nombrarlos toma en cuenta las distintas zonas pastorales, las condiciones sociales y profesionales, el compromiso apostólico, tanto personalmente como asociados con otros y también las principales actividades y servicios que ofrece a la Iglesia.
Lo convoca y preside el Arzobispo al menos dos o tres veces al año y siempre que lo determine el plan pastoral.
El Consejo tiene una mesa ejecutiva compuesta por un secretario permanente, un coordinador, un secretario de actas, y varios vocales.
El Consejo Arquidiocesano de Pastoral desarrolla una excelente relación con los consejos pastorales de los otros niveles eclesiales de la diócesis.