Queridos hermanos y hermanas de esta Arquidiócesis de Santo Domingo, queridos Obispos Auxiliares, Sacerdotes, Diáconos, Laicos, Religiosos y Religiosas presentes en esta Catedral.
Queridos hermanos y hermanas que participan de esta celebración Arquidiocesana donde estamos lanzando esta etapa Diocesana del Sínodo de los Obispos.
Fruto del Concilio Vaticano II, se instituyó el Sínodo de los Obispos. Cada cuatro años se reunían los Obispos para tratar algún tema de la Iglesia de mucha importancia, se reunían por un mes, normalmente en el mes de octubre, de ahí salía una enseñanza
para la Iglesia, el Papa la asumía y nos presentaba una Exhortación Apostólica para la vivencia de la Iglesia.
Esta vez el Papa Francisco ha modificado un poco la forma de realizar el Sínodo de los Obispos, ha querido que tenga varias fases. Que se escuche en primer lugar al pueblo de Dios, que se escuche a gente fuera de la Iglesia. La primera fase ha sido la de ESCUCHA.
El Papa ha querido también que después de escuchar se discierna lo escuchado, se lleve a una reflexión.
Estamos iniciando esta etapa, la parte Arquidiocesana del Sínodo. Después de esta parte diocesana en la que vamos a tener ese discernimiento, los Obispos se reunirán como parte Eclesial en octubre, donde reflexionarán sobre todo este proceso. Es una novedad la forma en que el Papa Francisco ha querido realizar el Sínodo de los Obispos.
El Sínodo, como sabemos “Caminar Juntos”, no es nada nuevo. La primera lectura de hoy (Hechos 15) nos presentó que la Iglesia se reunía para tratar un asunto y llegaron a una conclusión. Así que no es nada nuevo, se practicó en el primer Siglo, en la primera comunidad Eclesial. Eso de llegar a un acuerdo, de llegar a conclusiones a favor del pueblo de Dios.
Sínodo significa, “Caminar Juntos”. Y, caminar juntos con un acompañamiento, con un consenso. Realmente para nosotros es muy importante que iniciemos esta etapa Diocesana del Sínodo con actitudes concretas. Les señalo dos:
- La Palabra de Dios.
En todo actuar de la Iglesia, en todas las actividades nuestras, debemos caminar siempre “Iluminados por la Palabra de Dios”. La Palabra de Dios que escuchamos y que nos dejamos conducir por ella
La Palabra de Dios que ilumina la realidad, nuestra realidad, una vez que la escuchamos nos transforma. Es un elemento fundamental para el inicio de este Sínodo en la etapa Diocesana. Es un elemento fundamental para todo el quehacer pastoral.
La Palabra de Dios debe tomar un puesto relevante en nuestro quehacer pastoral y en esta etapa del Sínodo de los Obispos. Esa Palabra de Dios que escuchamos y que NOS TRANSFORMA. Quiero poner énfasis en que nos transforma porque a veces nos
convertimos en peritos de la Palabra, anunciadores de la Palabra, muy doctos en la Palabra. Es como que la Palabra se queda ahí, no llega a nosotros y no nos transforma. Si llegamos a ser peritos de la Palabra, la escuchamos y la predicamos, pero no nos transforma a nosotros, entonces esa es una actitud que no produce frutos.
Sabemos por testimonios en la Biblia que esa Palabra tiene que convertirnos, transformarnos a nosotros. Es una actitud importantísima para nosotros al inicio de esta etapa Arquidiocesana del Sínodo de los Obispos.
- El Espíritu Santo.
Tenemos que dejarnos transformar y conducir por el Espíritu Santo. En el inicio de la Etapa Arquidiocesana de este Sínodo es importantísimo que nos sometamos a la conducción del Espíritu Santo, que nos dejemos conducir por el Espíritu Santo.
En la Primera Lectura que escuchamos hoy (Hechos 15), está patente que fue el Espíritu Santo que inspiró a la comunidad Apostólica a llegar a tomar aquellas decisiones consensuadas, porque el Espíritu Santo estaba en ellos.
Al Espíritu Santo debemos ponerlo en primer plano de nuestra acción pastoral, dejarnos conducir por Él. Lo que significa un discernimiento constante en el quehacer pastoral. Si el quehacer pastoral lo dejamos caminar a nuestro antojo, si lo dejamos a la improvisación, no funciona.
Por eso es importante que nosotros pongamos nuestro quehacer pastoral como Arquidiócesis, esta etapa del Sínodo, que lo pongamos en las manos del Señor y a la luz del Espíritu Santo. Que Él nos ilumine, y que nosotros tengamos un discernimiento de lo que tenemos que hacer.
Por último, el Sínodo, esto de “Caminar Juntos”, es algo que requiere de nosotros una toma de decisión, requiere una opción fundamental por parte de nosotros los Pastores para caminar juntos. Una toma de decisión.
Algo fundamental que nosotros a nivel Arquidiocesano, parroquial, de grupos en la Iglesia, tomemos la decisión de “Caminar Juntos”. Suena muy simple y muy bien, pero que difícil se hace. ¡Qué difícil es el Caminar Juntos!, el tomar la decisión de Caminar Juntos.
Si uno se pone a ver la vida de las parroquias, la vida de los consejos parroquiales, la vida de los consejos en los distintos niveles de la Iglesia, ¡qué difícil se hace!, y estamos llamados a Caminar Juntos, a tomar la decisión de caminar juntos. En la Iglesia es importante esta toma de decisión.
A veces se confunde la Iglesia Sinodal, tenemos grupos, tenemos actividades y planificamos, pero a lo último llega el momento que se hace lo que ha dicho el líder, lo que ha dicho el Obispo, lo que ha dicho el Padre. Y, no es eso. Es una decisión compartida, es corresponsabilidad, asumir responsabilidades comunes. Es compartir decisiones y a partir de ahí, entonces viene la acción. Compartir, la corresponsabilidad es muy importante en esta acción Pastoral, en esta etapa del Sínodo.
Para todo ello necesitamos una conversión de parte de nosotros. Para vivir una mentalidad Sinodal, necesitamos una conversión. Conversión Personal, Eclesial, Pastoral. Siempre he dicho y lo propongo en la Carta Pastoral de que en la Iglesia no puede haber especialista, franco tiradores especializados, no funciona eso. Necesitamos esta mentalidad de comunión, de Caminar Juntos, y esto hay que decidirlo.
Tenemos que tomar la decisión de Caminar Juntos para construir el Reino de Dios, que es lo que en definitiva queremos, lo que buscamos, construir el Reino de Dios.
Ese Reino de Dios no va a llegar si no nos ponemos de acuerdo, si no trabajamos con esta mentalidad de Sínodo de caminar juntos y eso tenemos que decidirlo. El Caminar Juntos es una decisión. Ponemos en manos del Señor esta etapa del Sínodo de los
Obispos, nos ponemos nosotros en las manos del Señor para avanzar en este proceso Sinodal.
Ave María Purísima.
Para ver circular del Arzobispo, haga clic en imagen.
Para ver Documento el Sínodo sobre La Sinodalidad
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