Santo Domingo Norte.- La Vicaría Episcopal Territorial Santo Domingo Norte realizó el pasado sábado la primera Ultreya, que organiza el Movimiento Cursillos de Cristiandad.
Los colores invadieron la Parroquia Nuestra Señora de América Latina, que fue la parroquia anfitriona de la Ultreya.
La actividad inició a las 4:00 de la tarde con la Celebración Eucarística.
El Obispo de la Vicaría Episcopal Territorial Santo Domingo Norte, Mons. José Amable Durán Tineo, fue quien presidió la Eucaristía y concelebró el sacerdote José Alberto Vargas Salazar.
En la misa estaban presentes César Curiel, director del movimiento; Noris de Bello, subdirectora; Ángela de León, vocal y Juana Álvarez, coordinadora de la Vicaría Episcopal Territorial Santo Domingo Este, entre otros.
Asimismo, asistieron decenas de líderes del movimiento y más de un centenar de fieles de las parroquias que componen la Vicaría.
De la Vicaría Norte estaban presentes Santiago Liriano, William Guerra, Luis Herrera, Porfirio Díaz, Fanny de Guerra y Mariel Núñez.
Fue destacada la presencia de las parroquias como son San Francisco Solano, Sagrado Corazón de Jesús, San Juan Diego, San Antonio de Padua-La Victoria, Nuestra Señora de América Latina, Espíritu Santo, Madre del Salvador y Casa San Pablo.
A la celebración también asistió el diácono Rogelio Cabrera Rojas.
Al dar su homilía, el Obispo dijo que el Señor quiere devolver los colores al alma de las personas y exhortó volver a la fraternidad, a animarse unos a otros, a escuchar la Palabra de Dios, obedecer, rezar por el Papa y ser Iglesia.
«Dejémonos renovar por Jesucristo, dejemos que el Espíritu Santo nos devuelva los colores a nuestras, vidas a pesar de las situaciones difíciles», indicó Monseñor.
Enumeró los signos de la Resurrección que debemos ver como son el signo de la tumba vacía, el signo de las Sagradas Escrituras y el signo de la noche.
Dijo que ver para creer es una condición fundamental de todo creyente, pues todos necesitamos de alguna manera ver para creer por eso el Señor va dando signos.
También explicó que siempre necesitamos que constantemente el Señor se nos aparezca y él nos insiste al igual que a los discípulos a anunciar el Evangelio.
Durán Tineo aseguró que pastoralmente debemos ser humildes y deponer nuestro orgullo y cansancio, así como lo hizo Pedro en el lago.
«En las pastorales tenemos que tener en cuenta, primeramente escuchar la voz de Dios. Porque es precisamente obedecer a Dios antes que a los hombres y obedecer a los hombres es deponer mis propios caprichos», enfatizó.
Manifestó que de escuchar la voz de Dios se hace presente el milagro.
«El Señor también espera que nosotros vayamos a sus pies y le pongamos en sus manos los problemas, las situaciones y decir Señor toma mi vida completa», sostuvo.
Instó a que a ejemplo de Juan realicemos un ministerio de amor e intimidad con el Señor y siempre acudamos al arrepentimiento como Pedro.
«Si no hay arrepentimiento no puede haber sanación y si no hay arrepentimiento no puede haber perdón, porque es el Espíritu Santo que da el arrepentimiento y que da el perdón «, añadió.
Por otro lado, destacó la misión del Papa Francisco y resaltó las labores que caracterizan su pontificado.
La Eucaristía continuó de manera regular, pero viviendo con alegría, entusiasmo, fe y colores la Pascua.
Se destacó la brillante participación del Ministerio Musical Ángelus, de la Parroquia Espíritu Santo, en Villa Mella.
Tras la Eucaristía fue impartida la charla «De vuelta a mi fe» con el carismático charlista Manuel Sadi Lamarche, quien de principio a fin deleitó al público con sus dones y talentos.
De una forma distinta, animó a todos los presentes, quienes se sentían renovados y coloridos. La charla inició pasadas las 6:00 de la tarde y participaron cientos de personas que acudieron al llamado de Dios y a llenarse de colores.
Con una inusual entrada con saxofón en mano Lamarche inició su participación en esta charla.
“El Señor hoy nos dice que a pesar de nuestra fragilidad y problemas por los que en algún momento nos alejamos, él siempre va a estar ahí llamándonos para que volvamos a su camino”, dijo Lamarche.
Indicó que el Señor siempre quiere que volvamos a él y sigamos su camino bajo cualquier circunstancia.
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