Por: Fleury Contreras
Casi todos tenemos una biblia en nuestros hogares, quizás esté abierta en el salmo 91, puede ser que la tengamos dentro de una de nuestras gavetas, en ocasiones esta en nuestro vehículo cogiendo polvo, sol y sereno, es penoso pero es la triste realidad.
La biblia no es un amuleto de la suelte como muchos han pensado, no es un objeto que nos protege de las malas vibras, ni mucho menos es algo para decorar la mesita de noche de nuestra habitación, es mucho más que eso definitivamente, y el no usarla adecuadamente podemos caer en una tradición humana y mal vista por muchos cristianos.
Debemos entender que la biblia es palabra de Dios escrita por hombres inspirados por Dios y que debemos leerla, escudriñarla, hacerla parte de nuestras vidas de nuestro diario vivir, que sea nuestro alimento espiritual y que por medio de ella Dios interactúe con nosotros, que podamos aprender más de Jesús, ser ejemplos para los demás, llevar sus mandatos y ser servidores de la palabra, ¿pero como lograremos esto sino leemos la biblia?, sí solo la miramos como un libro más y no le damos el sentido verdadero, el cual está plasmado en las escrituras.
De ella podemos aprender tantas cosas como por ejemplo el mandamiento de amar al prójimo como a nosotros mismos, ser mejores seres humanos, que es mejor dar que recibir y que podemos dar incluso la vida por amor a los demás.
En este día hermanos Jesús nos invita a ser parte de su vida por medio de la palabra, que podamos aprender de Él por medio de ella y que seamos mejores seres humanos mientras la leemos con amor y cariño acogiendo con corazón abierto las enseñanzas del Señor.
Hoy quiero orar por ti, por tu familia y por los que están en tu entorno.
Señor Jesús te presento a esta persona tú la conoces, conoces a sus familiares, amigos y a todos los que están en su entorno vivir, a todos ellos especialmente a esta persona bendícelos y que por medio de tu palabra puedan conocer más de ti y ser parte de ti, gracias por tu inmenso amor por medio de las escrituras, nos aferramos a ella para no caer en tentaciones y para que tú nos libres de todo mal amén.
Que Dios te siga bendiciendo grandemente.
– Publicidad –
