Según informó la Santa Sede este jueves 30 de junio, el Papa Francisco no pudo recibir en audiencia al Comité Judío Internacional para las Consultas Interreligiosas “debido a un brote de dolor en la rodilla”.
Cabe recordar que el Papa Francisco acudió el pasado lunes 27 de junio a una audiencia con obispos brasileños ayudado de un bastón y sin la silla de ruedas, donde aseguró que hace tres días que podía caminar.
Las últimas apariciones públicas del Papa Francisco apuntaban a una posible mejoría de la enfermedad de su rodilla derecha, aunque este jueves el Vaticano informó de un empeoramiento del dolor.
Debido a este cambio en su agenda, el Santo Padre entregó al Cardenal Kurt Koch -presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos-, un mensaje dirigido a este comité, con el que tenía previsto reunirse hoy en el Vaticano.
En el texto, el Papa Francisco aseguró que “en nuestros tiempos turbulentos, es de gran importancia que los judíos y los cristianos se reúnan, y trabajen cada vez más juntos, para intentar contrarrestar ciertas tendencias negativas de nuestras sociedades occidentales”.
Entre estas tendencias, el Papa destacó la“idolatría del ego y del dinero; el individualismo exagerado y la cultura de la indiferencia y del descarte”.
“Juntos, estamos llamados a dar testimonio del Dios de la misericordia y la justicia, que ama y cuida de las personas; y podemos hacerlo recurriendo a la herencia espiritual que en parte compartimos y que tenemos la responsabilidad de preservar y profundizar”, dijo a continuación.
A continuación, el Papa defendió que los desacuerdos entre ambas religiones no deben abordarse de forma agresiva, “sino sin prejuicios y con intenciones pacíficas, para encontrar puntos de convergencia aceptables para todos”.
El Pontífice aseguró que el odio y la violencia “son incompatibles con nuestra fe” y subrayó que “judíos y cristianos, estamos llamados a comportarnos de manera que nos parezcamos lo más posible a nuestro Creador y Padre”.
“Esto se vuelve muy difícil cuando somos objeto de abusos y persecuciones, como ha sucedido a menudo en la historia y desgraciadamente también sucede hoy”, lamentó el Santo Padre.
Ante esto, reiteró el compromiso de la Iglesia católica “de luchar contra todas las formas de antisemitismo, especialmente mediante una acción preventiva, es decir, en el plano educativo, tanto en las familias como en las comunidades parroquiales y en las escuelas, y en las agrupaciones de laicos”.
“Volviendo al diálogo interreligioso, es un signo de nuestro tiempo, un signo yo diría que providencial, en el sentido de que es Dios mismo, en su sabio designio, quien inspira a los líderes religiosos y a tanta gente corriente a encontrarse y conocerse respetando las diferencias religiosas”, aseguró.
“Este es un camino para que la fraternidad y la paz crezcan en el mundo. Reforzando el diálogo podemos resistir el extremismo, que por desgracia es una patología que también puede manifestarse en las religiones. Pidamos al Señor que nos guíe cada vez más por este camino de diálogo y fraternidad”, pidió el Papa Francisco.
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