XI Encuentro Nacional de la Renovación Carismática Católica
Homilía de Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América.
Muy queridos hermanos y hermanas aquí presente en este Pabellón de Voleibol del Centro Olímpico. Y también todos aquellos que siguen esta celebración a través de los medios de comunicación. Una especial bienvenida a monseñor Tomás Alejo obispo de San Juan de la Maguana, una especial bienvenida a monseñor Faustino Burgos brisman obispo electo de Baní.
Me decían a mí que si yo estaba triste porque me habían quitado a Faustino, y no, a mí no me han quitado a Faustino, no tengo que estar triste. Más bien yo doy a Faustino, haciendo mía aquella palabra de Jesús, cuando él dijo: “a mí no me quitan la vida, yo la doy”, así, a mí no me quitan a Faustino, yo lo doy, sin duda que nos alegramos, de que la diócesis de Baní, tenga ya un pastor nombrado, vamos a esperar, cuando se lleva a cabo esa toma de Posesión del gobierno Pastoral de la diócesis de Baní. Con ello damos la bienvenida, y agradecemos presencia de los sacerdotes, y diáconos, de las religiosas, y de los laicos aquí presentes.
Tenemos una gran cantidad de laicos, que viven esta espiritualidad, de la renovación en el espíritu, la renovación carismática católica felicidades, por este encuentro. Y en este sentido del encuentro número 11 de la renovación, en el espíritu, como a mí me gusta decir, me gusta decir, así mejor que renovación carismática católica, me gusta decir, renovación en el espíritu, porque con ello estoy expresando, y originalmente fue así, de que el protagonismo de este movimiento lo lleva el Espíritu Santo. Esta es la realidad, y es como el origen también de este movimiento renovación cristiana en el espíritu. El espíritu, es la tercera persona de la Santísima Trinidad, y es la que mueve la iglesia, y este nombre para este movimiento le cae muy bien.
Y así fue el origen renovación en el espíritu, tenemos dos en dos personas, ahí dos elementos, la renovación y el espíritu, la iglesia se renueva cada día, La iglesia está llamada a renovarse. Y esa renovación ha tomado un dinamismo grande, con el Concilio Vaticano segundo, que ha querido renovar la iglesia pastoralmente, ha querido renovar la iglesia en el sentido litúrgico, ha querido renovar la iglesia en torno a la palabra de Dios, y ha querido renovar la iglesia el Concilio Vaticano II, en torno a la vida social, al contexto social que vive la iglesia renovación, esa renovación debe de darse de forma igualitaria, pareja como decimos frecuentemente de forma que no se quede ningún área, ningún aspecto atrás, el aspecto litúrgico, el aspecto de la evangelización, el aspecto social, el aspecto de la renovación de la oración, el Concilio ha querido renovar la iglesia, y nosotros, como miembros de la iglesia, no es quedarnos atrás, no podemos dejar de trabajar, para esa renovación de la iglesia.
Por eso, no descuidemos ese aspecto de la renovación. Cuando decimos renovación en el espíritu, ese aspecto de renovación, que nos remonta al Concilio Vaticano II, no lo descuidemos, pero tampoco descuidemo,s esa segunda parte, ese segundo sujeto del movimiento, que es el espíritu santo, renovación en el espíritu, renovación en el espíritu.
Qué quiere decir, que espíritu es el sujeto, es el protagonista de la vida, de la iglesia, de La vida cristiana, si descuidamos ese sujeto, que es el espíritu santo, vaciamos el movimiento de su contenido fundamental. Vaciamos el movimiento entre nosotros, lo vaciamos de lo fundamental, el espíritu santo cuando decimos renovación, en el espíritu, estamos diciendo que él, es el sujeto de la iglesia, que él es el sujeto de la Vida Cristiana, el espíritu es el protagonista de la iglesia, y por tanto el protagonista de nosotros, y del movimiento.
A mí me da pena, preocupación, cuando vemos muchos grupos, muchos ministerios, que buscan protagonismo, buscan que se reconozca, buscan ese protagonista, me da pena, por eso llamo, a que retomemos, a que volvamos al Amor primero, retomemos ese protagonismo del Espíritu Santo, entre nosotros. Es él el protagonista de la iglesia, es él el protagonismo de la espiritualidad cristiana.
El Espíritu Santo, por eso decía, que me gusta llamarle así, a este movimiento, renovación en el espíritu, renovación cristiana en el espíritu, para hacer ver el protagonismo del Espíritu Santo, cuando hagamos eso, vamos a tener unidad en la iglesia, vamos a tener unidad en el mismo movimiento, unidad porque el espíritu es el que crea la unidad, el espíritu santo crea la unidad en la iglesia, y entre nosotros en el movimiento, sabemos que hay muchas tendencias, hay muchas tendencias, hay muchos grupos, que se han formado aparte, hay muchas corrientes aquí, yo he hablado aquí, en la arquidiócesis, he hablado, y lo ratifico de que yo no quiero en la arquidiócesis varias, muchas renovación, no quiero, queremos una renovación en el espíritu, y lo quiero, porque no tolero esas divisiones, en grupos por aquí, y por allá, no tolero, esos ministerios apares, ministerios que se ve claro, que buscan protagonismo, cuando se busca eso, y cuando sucede eso, se rompe la unidad, se rompe la unidad, que da el espíritu.
Es decir, nos separamos, del Espíritu Santo, nos separamos. Y esto es muy importante. Ojalá que al retomar, con este encuentro nacional, después de la pandemia, que retomemos la unidad en el espíritu, que retomemos en este movimiento la unidad, que da el espíritu santo, reconociendo que él es el protagonista de la renovación, que no somos nosotros el liderazgo, de nosotros va a consistir en que le demos la prioridad al Espíritu Santo, hoy en este domingo, tenemos como en los domingos pasados, el tema de la eucaristía, el tema de la eucaristía, la Eucaristía que es Cristo, que es el pan de vida para nosotros, y que nos une también como una sola familia, en torno al mismo pan, la Eucaristía, la Eucaristía crea unidad.
No podemos celebrar la Eucaristía, si no estamos Unidos, no podemos comulgar el mismo pan, si entre nosotros no hay unidad, si entre nosotros no hay amor, por eso queridos hermanos en este día, en este encuentro Nacional de la renovación en el espíritu, retomemos también nuestra Unión con Cristo eucaristía, retomemos también nuestro compromiso de buscar la Eucaristía, y alimentarnos con la Eucaristía, si el espíritu santo crea la unidad de la iglesia. Pues también la Eucaristía, que es el mismo Cristo, que se nos entrega como alimento, también crea la unidad, estamos en este mes, preparándonos para el Congreso Eucarístico Internacional, que se tendrá en Ecuador, la ciudad de Quito, Ecuador.
El próximo mes septiembre, del 8 al 16 de septiembre, de aquí del país, va una delegación, para participar en esa semana, es una semana santa, una semana de oración, semana de reflexión, sobre Cristo eucaristía, la Eucaristía que es centro, y culmen de la Vida Cristiana, hermanos y hermanas de la renovación en el espíritu, estamos llamados a vivir Unidos a la Eucaristía, estamos invitados a alimentarnos constantemente con Jesús eucaristía, no nos distanciamos de la eucaristía, la participación de nosotros en la Eucaristía semanalmente, o diariamente, frecuentemente esa participación con Jesús eucaristía, nos une, y nos fortalece, nos alimenta para vivir la fe, para edificar la iglesia como cantamos muchas veces, nos une la Eucaristía, nos une, y la Eucaristía salvará el mundo, o como dice el tema central del Congreso eucarístico, la Eucaristía sanará el mundo, la Eucaristía sanará el mundo.
Y cuando dice sanará el Mundo, es que el mundo está herido, el mundo está enfermo, por las divisiones, por Las Guerras, por los odios, por las delincuencia, por los egoísmos, el mundo está enfermo, y este congreso eucarístico, nos está clamando, nos está motivando a trabajar, por sanar al mundo, las divisiones entre nosotros, las divisiones entre los cristianos es una enfermedad grave, y la eucaristía sanará nuestra comunidad, la Eucaristía sanará nuestra iglesia, la Eucaristía sanará el mundo. Oremos hermanos, para que nosotros, como cristianos convencidos de la centralidad del Espíritu Santo en la misión, y la centralidad de Jesucristo en la Eucaristía, que nosotros vivamos esta realidad, oremos para que en la iglesia se viva, esta unidad, que el espíritu santo, y la Eucaristía sigan creciendo, sigan creando la unidad, en la iglesia,
Ave María Purísima.