Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 6, 1-11
Hermanos: Cuando uno de ustedes está en pleito con otro, ¿cómo tiene el descaro de llevarlo a un tribunal pagano y no ante los santos? ¿Han olvidado que los santos juzgarán el universo? Pues si ustedes van a juzgar al mundo, ¿no estarán a la altura de juzgar asuntos de poca importancia?
Recuerden que juzgaremos a los ángeles: cuánto más los asuntos de la vida ordinaria. De manera que para juzgar los asuntos ordinarios dan jurisdicción a ésos que en la Iglesia no pintan nada. ¿No les da vergüenza?
¿Es que no hay entre ustedes ningún entendido que sea capaz de arbitrar entre dos hermanos?
No señor, un hermano tiene que estar en pleito con otro, y además entre no creyentes. Desde cualquier punto de vista ya es un fallo que haya pleitos entre ustedes.
¿No estaría mejor sufrir la injusticia? ¿No estaría mejor dejarse robar?
En cambio, son ustedes los injustos y los ladrones, y eso con sus hermanos. Saben muy bien que la gente injusta no heredará el reino de Dios.
No se llamen a engaño: los inmorales, idólatras, adúlteros, afeminados, invertidos, ladrones, codiciosos, borrachos, difamadores o estafadores no heredarán el reino de Dios. Así eran algunos antes. Pero se lavaron, se consagraron, se perdonaron en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y por Espíritu de nuestro Dios. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 149 R/ “El Señor ama a su pueblo.”
Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sion por su Rey. R.
Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R.
Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6, 12-19
Por entonces subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso el nombre de Pedro; y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos. Palabra del Señor.