Altagracia + cuadro copyClaramente la devoción a la Altagracia había llegado a La Española al principio del siglo XVI, seguramente estaba aquí en el año 1503, y quizás antes. Sin embargo, la cuestión de cuándo llegó nuestro cuadro de la Altagracia es otra cosa.

Una definición
El cuadro de la Virgen de Altagracia es:
— Un óleo sobre lienzo,
— con un tamaño de 33,5 x 45 cms.,
— del tipo que se llama Virgen de Belén,
— y del estilo flamenco.
— Es una pintura de la escuela de Alejo Fernández,
— y probablemente fue pintado en Sevilla, entre los años 1510 y 1515.”

Esta afirmación es el fruto de una investigación larga, profunda y seria para descubrir los orígenes del cuadro.
Efectivamente en mayo del año 2001 viajamos a España para conducir entrevistas extendidas con las cuatro máximas autoridades en la materia:
Dra. Mª. de la Concepción García Saíz — La “Conservadora Jefe” del Departamento de “América Colonial”, del Museo de América, en Madrid.
Doña Mª. Dolores Fúster Sabater — La restauradora de nuestro cuadro de la Virgen de Altagracia en 1978. Actualmente trabaja como restauradora con su propio taller en la sede del Instituto de Patrimonio Histórico Español, en la Ciudad Universitaria de Madrid. No hay nadie que conoce el cuadro de la Virgen de Altagracia mejor que ella.
Dr. Alfonso Emilio Pérez Sánchez — Ex Director del Museo de El Prado, es catedrático de historia del arte en la Universidad Complutense de Madrid, miembro de la Real Academia de la Historia, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la Academia dei Lincei de Roma. Actualmente es Director Honorario del Museo de El Prado.
Dr. Enrique Valdivieso González — Catedrático de Historia del Arte, en la Universidad de Sevilla, con especialidad en la materia de Pintura Barroca Española. En este momento es probablemente la persona que goza de más autoridad y respeto en aquel mundo altamente especializado.

El cuadro de Nuestra Señora de Altagracia, La Basílica de Higüey “Óleo sobre lienzo”

Los pintores flamencos (de Flandes, Bélgica) del siglo XV fueron los primeros en aplicar la técnica de óleo sobre lienzo de forma sistemática. Estamos en un período de transición. Los artistas que pintaban con témpera sobre madera, empezaron a usar óleo sobre lienzo al final del siglo XV, en principio para las pinturas grandes donde el peso de la madera era un problema al momento de colgarlas. Para 1550 la transición al óleo sobre lienzo fue completa.
Tres de los cuatro expertos consultados expresaron reservas de que un óleo sobre lienzo, como el de la Virgen de Altagracia, podría haber llegado a La Española antes del año 1520, precisamente porque el uso de óleo sobre lienzo todavía no era tan común.
Sin embargo, hay evidencia documentada de que llegaron lienzos en 1509 “En la flota de Diego de Colón y de Doña María de Toledo […] el mercader Andrés de Vega trae «unos paramentos de lienzo pintados de historia»” (Rodríguez Demorizi, Emilio. “España y los comienzos de la Pintura y la Escultura en América”. Gráficas Reunidas, S. A. Madrid 1966. Pág. 29).

“Virgen de Belén”

La representación de María como madre de Jesús se remonta a los primeros siglos del cristianismo.
En el arte occidental podemos hablar de cuatro grupos que encuadran, de manera general, las representaciones iconográficas de María:
— la Virgen antes del Nacimiento del Niño (Inmaculada Concepción, Maternidad Virginal).
— la Virgen con el Niño (tanto las Vírgenes de Majestad como las Vírgenes de Ternura).
— la Virgen de Dolor (la Piedad y los Dolores).
— y la Virgen Protectora (Misericordia, Rosario, Mercedes).
Ateniéndonos a este esquema, hay que encuadrar el tema de la Virgen de Belén dentro de las denominadas “Vírgenes de Ternura”, que irrumpe en la iconografía mariana en los siglos XIII y XIV con una gran fuerza como respuesta a ese naturalismo de raíz franciscana que conduce a representar a María, no como el trono de Jesús, sino como la Madre del Niño Divino, en actitudes amorosas “Mater Amabilis” como la Virgen de Belén.

“En el estilo flamenco”

Además del uso de óleo sobre lienzo, que -como ya hemos explicado- tiene su origen en los países flamencos, la vela que San José lleva en la mano es un símbolo navideño propio del Santo, introducido en los países flamencos y de ahí pasó a España. Cuadros similares, de estilo italiano, habrían dado a San José un farol.

“De la escuela del pintor Alejo Fernández (1475 – 1545),  y probablemente fue pintado en Sevilla”.

Alejo Fernández nació en 1475 en Córdoba, España. Es posible que tuviera raíces alemanas. A su formación centroeuropea hay que añadir una influencia italiana. Se ignora si adquirió sus conocimientos “renacentistas” en la misma Italia, pero su aprendizaje hubo de realizarlo al finales del siglo XV. Sus obras reflejan el estilo de la última generación de los “cuatrocentistas” italianos (recuérdese que la primera obra de Rafael es del año 1499).
Como es natural en un artista de aquel entonces, a su formación debió de contribuir también el estudio de estampas, tan difundidas entonces en toda Europa.
Sevilla -que monopolizó el comercio de las Indias-, se había convertido en la “tierra prometida” de los artistas. En 1508, Alejo se mudó por allí al aceptar el encargo de pintar las cuatro tablas de la Capilla Mayor de la Catedral de Sevilla (1508-1510). Fueron los mejores pregoneros de su talento. Las comisiones no se hicieron esperar.
El gran maestro impuso su estilo a los pintores sevillanos durante toda una generación. La escuela Sevillana -hasta que el “rafaelismo” inició la segunda etapa renacentista- es en realidad, la escuela de Alejo Fernández. Toda una serie de pintores trabajaba en Sevilla. Sus obras son, en cierto modo, reflejos del genio y la influencia de Alejo Fernández.
En este contexto se puede decir que el cuadro de la Altagracia “probablemente fue pintado en Sevilla, y posiblemente es de la escuela de Alejo Fernández”.

“Pintado entre los años 1510 y 1515”

1510. El Dr. Enrique Valdivieso González no tuvo duda alguna de que el cuadro nuestro fue pintado en Sevilla, y es de la Escuela de Alejo Fernández.
Como Alejo Fernández no llegó a Sevilla hasta el año 1508, y dedicó los primeros dos años a pintar las cuatro tablas de la Capilla Mayor de la Catedral de Sevilla, es probable que nuestro cuadro no fue pintado antes del año 1510.
1515. Para dar al cuadro el tiempo para llegar a Higüey en los años 1517 – 1518, es probable que el cuadro no hubiera sido pintado en Sevilla después del año 1515.

¿Cuando llegó el cuadro a Higüey?
Originalmente se construyó la Villa de Salvaleón de Higüey inmediatamente al este de la Casa de Ponce de León, en San Rafael de Yuma. Se trasladó a su ubicación actual en los años 1517 – 1518.
Es probable que la “historia oral” de las niñas y el naranjo sea verdadera en su esencia. También es probable que se construyera una capilla “donde estaba el naranjo”, entre otras razones, porque todavía no habían construido la iglesia parroquial, después del traslado de la Villa de Salvaleón de Higüey.

Así que:
— El cuadro de la Altagracia no podía haber llegado a Higüey antes de que se trasladó la Villa desde la casa de Ponce de León a su ubicación actual, sobre el vado del río Duey en el año 1517-1518. Porque la ubicación del naranjo de la historia oral está en el Higüey actual.
— A la vez, si ya habían construido una Iglesia en el Higüey nuevo, es poco probable que habrían construido una capilla donde el naranjo también. Es decir, hay que suponer que el cuadro llegó a Higüey poco tiempo -quizás no más que dos o tres años-, después de la fundación del Higüey nuevo.

Así que, podemos decir que el cuadro de la Altagracia
llegó a Higüey en, o unos pocos años, después de 1518.

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Una devoción centrado en un cuadro con una historia de casi cinco siglos

Desde los documentos más antiguos tenemos testimonios irrefutables de los numerosos milagros atribuidos a la intercesión de Nuestra de Señora de Altagracia. Al pasar las páginas de la historia, vemos una relación materna y cercana que ha arropado a las generaciones con el manto de su amor y misericordia. Miles de Dominicanos han encontrado socorro en los momentos más difíciles de sus vidas y de sus familias, sin mencionar las numerosos veces que la presencia de Nuestra Señora de Altagracia ha tomado un papel clave en la historia de nuestra nación.
Año tras año, los peregrinos han venido a Higüey con humildad para buscarle, para agradecerle, o sencillamente descansar de la tribulaciones del mundo entre los brazos amorosos de su maternidad, esperando que intercediera con su hijo, Jesús.

Gracias Señor Jesús
por darnos a tu madre, Nuestra Señora de la Altagracia, como nuestra madre y protectora.
Amén.

Por John Fleury, SCV