Por: Lic. Marcos Antonio Espinal
Los siete dones del Espíritu Santo son una parte fundamental de la enseñanza católica y cristiana. «Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios» (1 Co 2, 11). Pues bien, su Espíritu que lo revela nos hace conocer a Cristo, su Verbo, su Palabra viva, pero no se revela a sí mismo. El que «habló por los profetas» nos hace oír la Palabra del Padre. Pero a él no le oímos. No le conocemos sino en la obra mediante la cual nos revela al Verbo y nos dispone a recibir al Verbo en la fe. Estos dones del Espíritu Santo son una manifestación en la vida de los creyentes y son un medio para guiar a las personas hacia una vida más plena y santa. Gracias a este poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto. En el Nuevo Testamento podemos ver al Espíritu Santo manifestando sus dones en la persona misma de Jesucristo y esta gran promesa de Dios transmitida a nosotros por medio de Jesús nuestro Señor, podemos identificarlos en el libro de “Hechos de los Apóstoles” y a lo largo del Nuevo Testamento, los encontramos en varios versículos, muchas de ellas se cruzan – por ejemplo, Rom 12,6-8; 1 Cor 12,8-10; 1 Cor 12,28-31; Ef 4,7.11f.; 1 Pedro 4,10-11.
1- El primer don del Espíritu Santo es la Sabiduría: Este don es uno de los más importantes y no es de menos que está en primer lugar en la lista, es el único don que tiene un libro completo en el Antiguo Testamento dedicado a él. Se refiere a la habilidad para discernir la verdad y la justicia, y para actuar de acuerdo con ella. La Sabiduría nos ayuda a ver las cosas desde la perspectiva de Dios y a tomar decisiones sabias y prudentes en nuestras vidas. Nos ayuda a conocer los designios de Dios para nuestra vida de fe.
2- El segundo don es el Entendimiento: Este don se refiere a la capacidad de comprender las verdades reveladas por Dios, y de reconocer la relación entre ellas y nuestra propia vida. El Entendimiento nos ayuda a profundizar en nuestra fe y a comprender la voluntad de Dios para nuestras vidas. Podemos ver este don en acción en el libro profético de Daniel. Nos ayuda a la interpretación y entendimiento de las sagradas escrituras.
3- El tercer don es el Consejo: Hablar como Jesús, este don se refiere a la capacidad para discernir la voluntad de Dios y para dar consejos sabios y útiles a los demás. A través del consejo del Espíritu Santo, podemos encontrar soluciones a nuestros problemas y desafíos. El Consejo nos ayuda a tomar decisiones correctas y aconsejar a otros en su camino espiritual. En el libro de los proverbios podemos encontrar innumerables consejos de los sabios que nos ayudan en nuestro caminar en la fe y la vida.
4- El cuarto don es la Fortaleza: Este don se refiere a la fuerza interior necesaria para superar las dificultades y obstáculos en nuestra vida, y para mantener nuestra fe en momentos de prueba. Es la capacidad de resistir las tentaciones. La Fortaleza nos da el coraje y la valentía necesaria para perseverar en nuestra vida cristiana. Los carismas que se manifiestan por medio de este don son: “el carisma de los milagros, la sanación y expulsión de demonios”.
5- El quinto don es la Ciencia: Este don se refiere a la capacidad para comprender la creación de Dios, las leyes espirituales y las leyes naturales que rigen el mundo. La Ciencia nos ayuda a apreciar la belleza de la creación y a cuidarla de manera responsable. Nos ayuda a comprender la naturaleza divina de Dios, la acción de su espíritu en la historia de la salvación. Nos otorga los carismas del “discernimiento de espíritu, la interpretación de sueños y visiones” También podemos encontrar este don en acción en el libro profético de Daniel.
6- El sexto don es la Piedad: Orar como Jesús, este don se refiere a la capacidad de sentir amor, devoción y reverencia hacia Dios, y a la relación cercana con Él. La Piedad nos ayuda a cultivar una relación íntima y personal con Dios a través de la oración. Así mismo expresa nuestro amor y gratitud hacia Él y al prójimo.
7- El séptimo don es el Temor de Dios. Este don se refiere al respeto y la reverencia que debemos tener hacia Dios, y a la humildad necesaria para reconocer nuestra propia limitación y dependencia de Él. A través del temor de Dios, podemos comprender nuestra pequeñez en relación con la grandeza y la majestuosidad de Dios. Nos ayuda a mantenernos en un camino de humildad y a no caer en el orgullo o la arrogancia. De aquí que le honramos en amor y obediencia santa.
En resumen, los siete dones del Espíritu Santo son importantes para nuestra vida cristiana porque nos ayudan a discernir la verdad, comprender las enseñanzas de Cristo, tomar decisiones sabias, resistir las tentaciones, apreciar la creación de Dios, cultivar una relación íntima con Dios y tener un profundo respeto y admiración por él. A medida que buscamos cultivar estos dones en nuestra vida diaria, podemos experimentar una vida más plena y significativa en Cristo.
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