Homilía de Mons. Ozoria
Muy queridos hermanos, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosas, Religiosos y trabajadores en el reino de Dios los Laicos.
Hemos convocado esta celebración especial, para la Toma de Posesión de un nuevo Vicario Episcopal para la Pastoral Social, en este día de la Restauración de la República, con el sentimiento reciente de la tragedia de San Cristóbal, que quisiera que oremos al Señor, que la tengamos en cuenta los que murieron, los que están gravemente heridos. Son cosas que pasan y tenemos que tomarlas en cuenta desde la fe, desde la oración.
Quiero comenzar esta reflexión haciendo una alusión a la Palabra de Dios, que nos invita a tener a Dios como centro de nuestra vida, la promesa de Dios con su pueblo, la promesa de salvación de Dios para su pueblo y el cumplimiento de esa promesa que hemos recitado en el salmo: “El Señor nos ha liberado, el Señor nos ha restaurado”, y la realidad que Jesús nos plantea de su reino, nos anuncia el reino, ese reino de Dios que es ante todo la misericordia de Dios que viene sobre nosotros. Dios es misericordioso, nos tiene en cuenta a todos nosotros, nos tiene en cuenta en esa misericordia y su reino crece entre nosotros.