En el día de hoy cientos de fieles de la Arquidiócesis de Santo Domingo se unieron una vez más para reforzar su fe católica, con una gran peregrinación encabezada por el Arzobispo de Santo Domingo, Mons. Francisco Ozoria Acosta , hacia la Basīca de Higüey, en el marco del Año Jubilar Altagraciano en ocasión del Centenario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Altagracia y a pocos días de su clausura.
Mons. Francisco Ozoria Acosta fue recibido en la Basílica de Higüey por el Obispo de la Diócesis Mons, Jesús Castro Marte. El Arzobispo estuvo acompañado de los obispos auxiliares: Mons. Benito Ángeles, Mons. José Amable Durán, el Obispo Misionero en Rep. Dom. Mons. Raúl Berzosa y Mons. Lorenzo Vargas, Vicario Episcopal Territorial de Santo Cristo de Los Milagros, acompañados de sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas.
Mons. Jesús Castro agradeció a la Arquidiócesis de Santo Domingo la visita, expresó sentirse muy emocionado al ver el rostro de tantos hermanos y hermanos, indicó que tenía sus raíces en Santo Domingo, y que Mons. Francisco Ozoria era el “Gran Papá de todos”. Agregó que como Mons. Ozoria es el presidente de la Provincia Eclesiástica, le había entregado para presidir la misa el báculo, la mitra y el pueblo de Dios. De su lado Mons. Francisco Ozoria expresó que era Mons. Jesús Castro hijo de la Arquidiócesis, que fue enviado a la Basílica y que parecía que las personas estaban contentas con él.
Al momento de la homilía Mons. Francisco Ozoria Acosta avisó que habia designado a Mons. Raúl Berzosa Obispo Misionero en Rep. Dom. para hacerla; esto debido a que a su llegada al país Mons. Berzosa se había adentrado en lo que ha sido el Año Jubilar y formó parte de la elaboración del Libro “Nuestra Señora de La Altagracia” (Coronación Canónica de la Altagracia) y por tanto tuvo que adentrarse en la espiritualidad de la Virgen de La Altagracia.
Mons. Raúl Berzosa realizó una iluminación para adentrar a los fieles en la espiritualidad, destacó que cuando el Papa Francisco lo envió hace un (1) año y doce (12) meses, sus palabras al Papá fueron “Vengo a amar, a servir y aprender” ,desde entonces aprendió a amar la virgen de Altagracia que para el era desconocida.
Continuó diciendo que la advocación de Nuestra Señora de La Altagracia procedía de españa, de todos los aquellos que tenían órdenes militares, eran imágenes que se llevaban de batalla en batalla de lugar a lugar. acontece por el gobernador Nicolás de Ovando y los hermanos Trejo. Traían la devoción a la nuestra senora de la altagracia.
Pidió borrar ya de los labios y de la mente las leyendas del naranjo y leyenda de la niña, pues es tradición y fue real.
Finalizó diciendo que a la Virgen hay que llevarla en el corazón, recordó la carta enviada por el Papa Francisco en ocasión del Centenario de la Coronación Canónica, y en esta el Santo Padre repetí unas palabras: unidad, comunión y sinodalidad de todos los dominicanos y dominicanas, esto lo llevó a pensar en cuatro aspectos a tomar en cuenta:
- Más sinodalidad
- Más unidad entre católicos y otras confesiones cristianas (ecumenismo)
- Unidad política y cultural
- Unirnos mucho más las dos naciones que convivimos en esta isla
La peregrinación que contó con la asistencia de más de 40 autobuses de parroquias de las diferentes vicarías Episcopales Territoriales de la Arquidiócesis de Santo Domingo, se realiza en el marco del Año Jubilar y a pocos días de la clausura del Centenario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Altagracia.
La eucaristía finalizó con una invitación a todos a participar de la Clausura de Centenario de la Coronación Canónica de Nuestra Señora de la Altagracia, el próximo 15 de agosto en el Estadio Olímpico.
La moderación de la celebración estuvo a cargo del Rvdo. P. Kennedy Rodríguez, Director de Comunicación, Prensa y Multimedios Vida de la Arquidiócesis de Santo Domingo.
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