Por: Ana De La Cruz
En casi todas las culturas el matrimonio se formaliza mediante la firma de un contrato, que debe hacerse libre y voluntariamente. Para la mayoría de los países en el mundo el matrimonio debe iniciar con la firma de un documento, es la forma de hacer legal la unión de la pareja, esto le da formalidad a la unión de la pareja. El matrimonio inicia antes de firmar un documento, antes de hacer un compromiso, inicia cuando elegimos una pareja por eso debe ser el mejor esfuerzo de nuestra vida elegir la persona más idónea.
Decidir iniciar una familia es un compromiso.Dios nos llama a hacer de nuestra vida un compromiso, si nos comprometemos a estudiar una carrera queremos terminarla y ser profesionales, obtener un título, luego crecer profesionalmente y conseguir un trabajo, lograr ascender en el trabajo, especializarnos en los estudios y ser buenos profesionales. Si logramos esto podemos decir que tuvimos éxito.
Sin embargo, ¿Cuándo podemos decir que tenemos éxito con nuestra familia? Tener un matrimonio exitoso es un reto, sobre todo en el mundo de hoy donde huimos de los compromisos, de las relaciones, de crear vínculos. Tener una familia de éxito es crear un compromiso con la felicidad, es un trabajo que nos exige hacer cada día un esfuerzo por superarnos. Es cuidar la relación igual que cuidamos nuestro trabajo. Es nuestra mayor realización como seres humanos y representa la parte de nuestra vida en lo que debemos poner nuestro mejor esfuerzo.
Desde los ojos de la fe, podemos resaltar el matrimonio como es el camino que nos lleva a la Santidad, es ver a Dios en mi pareja, en mis hijos, aplicar en mi familia las enseñanzas de Jesús, poner la otra mejilla, perdonar hasta setenta veces siete, ser generosos, ser humildes, servir a los demás. El que vive conmigo es mi prójimo, Dios nos llama a y hacer de nuestras familias fuente de amor, aprender a amar a Dios y a los demás.
Hoy te invito a tomar un minuto para pensar: ¿Cómo estamos viviendo nuestro compromiso matrimonial?, ¿Como un contrato?, ¿Como una obligación?, ¿Como una bendición?, ¿Como una ilusión?, ¿Como un reto?, ¿Qué estoy haciendo para ser feliz en mi familia?
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