Por: Rosa Pagán
Desde pequeña me enseñaron a rezar el Ave María y el respeto a la Virgen, pero cuando entré de lleno a la Iglesia fue que comprendí la importancia de la Virgen en nuestras vidas. Hice de la canción “¿Cómo no amarte?” de nuestros hermanos de Alfareros, mi himno personal, e interioricé las palabras que ellos decían.
La humildad, la sencillez, la obediencia de María agradaron a Dios. Éstas son características de María que debemos tratar de incluir en nuestras vidas.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice en el numeral 971: “El amor a la Virgen es camino para llegar a Dios y encuentra su expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios presentes en todos los pueblos y en la oración mariana, como el Santo Rosario.”
María fue la primera cristiana, y no sólo fue el arca de la nueva alianza, e intercedió para el primer milagro de Jesús, hoy también vemos cómo intercede ante su hijo por nosotros, con su amor de Madre.
Muchas veces escuchamos decir que los católicos adoramos a María, pero esto no es así, nosotros la respetamos, la veneramos, por el papel que jugó en la vida de Jesucristo. ¿Cómo no amarla si ella puso su vida a disposición de Dios para traer al mundo a nuestro salvador?
Personalmente, trato de cada día llevarla presente con un Ave María, una canción o simplemente pidiéndole que me ayude a ser una buena madre (como lo fue y es ella) para mi hijo.
Te invito a que busques una manera de honrar a nuestra madre cada día y verás cómo tu vida se sigue transformando.
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