Por Leonor Asilis
La iglesia celebra su fiesta el 22 de octubre. Unas líneas en su memoria.
Bastaba mirarte, una gran paz impregnaba el ambiente donde te encontrabas. Ya no estas entre nosotros físicamente, pero tu presencia espiritual nos circunda, nos eleva e inspira a seguir no solo tu mensaje, sino tu vida.
Supiste reflejar a Cristo. Nos guiaste hacia El. Nos pastoreaste según su Voluntad, y desde el cielo intercedes por nosotros. Gracias, Santo Padre porque supiste ser una vida de inspiración, iluminaste nuestras vidas y gracias a tu fidelidad hacia Cristo mostraste claramente el Camino que nos conduce a El. Claves expresas como el emblema que escogiste, en tu marcada devoción a María, la Madre de Jesús y nuestra, “Totus Tous”, tu invitación hacia la conversión y penitencia, el señalamiento de nuestra necesidad eucarística, tus intervenciones exitosas en búsqueda de la justicia social y defensa de los derechos humanos, tu humildad inmensa al pedir perdón por los pasados errores y pecados de la Iglesia, tu valiente reprimenda hacia los miembros de la Iglesia que actuaban en contra del Evangelio, tu deliciosa debilidad por los pobres, enfermos, y jóvenes; tu irresistible defensa a la vida, tu lucha sin cesar contra la guerra.
Intercede por la Paz del Mundo,
Por nuestra conversión, por la Iglesia (Sinodo)
Por nuestras necesidades,
AMEN
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